第二話 (Episodio 02)


S’il vous plaît… dessine-moi un mouton!

Son las tres de la tarde con quince minutos y, a pesar de ello, ahí está él, parado junto a la puerta de la escuela, me espera como siempre. No ve cuando me acerco y le tapo los ojos por detrás. Dice mi nombre con toda seguridad, me pregunto si sabe que soy yo por tantas veces que lo he hecho. Perdón por llegar tarde, le digo, no te preocupes, me responde con una sonrisa, y comenzamos a caminar rumbo a mi casa, que queda de camino de la suya, razón por la cual me acompaña todos los días.

El campamento es dentro de dos sábados, le digo emocionada, el suspira, pero luego sonríe nuevamente, espero que no te quejes mucho del frío, dice. Frunzo el ceño, ese día no llevaba sweater y estábamos en el parque, le digo, mirando hacia otro lado. No puedo evitar sonrojarme al pensar que lo más seguro es que sí, que me quejaré mucho del frío. En el lugar que hacen el campamento es muy común que neve, me dice mirándome de soslayo, sin quitar esa sonrisa. Se divierte con mi sufrimiento, pienso. Y entonces empiezo a hacer una lista mental de cuáles chamarras podrían ser lo suficientemente efectivas incluso en caso de una nevada.

Es viernes y los exámenes ya terminaron, así que pienso que podría ser buena idea pasear un rato antes de ir a casa. ¿Vamos a los videojuegos?, pregunto, no traigo dinero, me dice, anda, vamos un rato, yo te pago, no es divertido de un jugador. Antes de que acceda le pongo una condición, te pago pero juegas un par de veces al juego de la garra, hay un peluche que quiero y no lo he podido sacar. Me dice que sí y cambiamos el rumbo.

Al principio parece aburrido, pero para el segundo round en su juego de peleas favorito, the King of Fighters, ya se puede ver la emoción en su rostro. Sin embargo, como siempre, le gano. Jugamos unas cuantas peleas más con el mismo resultado y me dice que uno de los personajes de mi equipo es trampa, así que mejor juguemos a otra cosa, pero ya no tengo mucho más dinero, no hemos comido y además tiene que cumplir su promesa.

La garra se mueve en dirección al leopardo de peluche y se detiene exactamente encima de él. Baja, abre, cierra y regresa a su posición original, donde libera al leopardo de su cautiverio. ¡Wow! ¡Gracias!, le digo mientras tomo el peluche. Siempre has sido muy bueno en esta máquina, muchas gracias, de verdad, no podía creer lo fácil que lograba obtener el peluche que quisiera, sin importar lo difícil que pareciera. Se llamará Hyoutan, le digo con una sonrisa.

Nos vamos a casa, con mucha hambre y vuelvo a agradecerle cuando llegamos a la mía. La próxima vez no se vale usar a Athena, me dice mientras se va y yo muevo la patita de Hyoutan para que también ella se despida.

Un buen viernes, sin duda, hasta que aparece mi mamá, quien espera tranquilamente en la sala mientras caliento la comida, la sirvo y la como. ¡¿Te irás de la casa sin siquiera avisarme a mí o a tu padre?!, me dice y yo me pregunto quién le pudo avisar, no exageres, mamá, es un campamento para una beca, empiezo, pero me corta, ¡más de un mes!, dice, con un énfasis que hace parecer que en lugar de mes dijo año, tengo que ir, mamá, no podemos pagar la colegiatura de la Universidad, y me interrumpe nuevamente, ¡espera a que llegue tu padre y se entere de esto!, y me doy cuenta de que ni siquiera me pone atención, mamá, no puedo estudiar astronomía sin esa beca, frunce el ceño, ese gesto se lo heredé, ¡es que no entiendo, hija! ¿Por qué quieres estudiar astronomía? ¡Tú siempre me decías que querías ser veterinaria!, eso fue antes de entrar al club, últimamente me interesa mucho, mamá. Se sienta en el sofá y empieza a murmurar, me voy a mi cuarto, mamá.

Al final sé que mi papá me dejará ir, por eso quería decírselo a él primero, quisiera saber cómo se enteró. El teléfono suena, yo contesto, grito desde mi cuarto y entonces entiendo cómo es que mi mamá sabía. ¡Hola! Te llamé hace rato y no estabas, ¡¿puedes creer que tu mamá no recordaba lo del campamento?! Pero yo le recordé, no te preocupes. Kanae, obviamente. No le había dicho, no sabes el pleito que se armó, le digo, aunque sé que no le importa, tú no te preocupes, de todas maneras se tenía que enterar, mejor cuéntame por qué llegaste tan tarde, fuiste a pasear con él otra vez, ¿verdad? Me hizo sonrojarme, no, bueno, sí, pero no era un paseo, fuimos a jugar videojuegos nada más, me interrumpe, huy, sí, seguro que sólo son amigos, dice, y no entiendo por qué lo duda, no me gusta y yo no le gusto tampoco, sólo fuimos a jugar videojuegos.

Cuando por fin se convence de que no iba a decirle que salía con él, le pregunto, más por cortesía que por otra cosa, pues sé de sobra que me dirá que no, ¿no quieres ir al campamento?, escucho claramente como aguanta la risa, no, no, yo no sé nada de eso, nada más te estorbaría. ¿Estorbarme?, pienso, ya sé que irá Koushiro, me aclara. Entonces no se había convencido todavía, suspiré. No hay nada entre nosotros, Kanae, intento una vez más. Como digas, bueno, tengo cosas que hacer, ¡te veo el lunes!, y cuelga, seguramente para ir a ver la televisión.

Es viernes y los exámenes ya terminaron, así que me relajo en mi cama y me pongo a leer. Es mi libro favorito, Le Petit Prince, en francés, porque la traducción la leí una veintena de veces hasta que decidí comprar el original. Como apenas aprendo francés, no logro avanzar mucho y un rato después recuerdo a Hyoutan, la tomo y la coloco en el estante, en medio de Raikun y Jagasan. Vuelvo a acostarme y de repente, con la cabeza sobre Toracchi, empiezo a soñar.

Hace tanto frío que no puedo moverme del lugar donde estoy sentada, tiemblo mientras veo la nieve caer frente a mí. La puedo ver gracias a la luz de las estrellas, que es lo único que ilumina la noche, son hermosas, pienso, pero una ráfaga de viento helado me hace cerrar los ojos. De pronto aparece una pequeña llama en el horizonte, y comienza a acercarse. Poco tiempo después la llama se transforma en una vela que trae una persona. ¡Koushiro!, le grito, y él avanza más rápido para llegar junto a mí. No sé por qué, pero la vela no se apaga a pesar de que el viento es muy fuerte. Cuando Koushiro llega a mí entierra la vela en la nieve y para mi sorpresa ya no hace frío. Gracias, me estaba helando, le digo, y él sólo sonríe. Miro la vela y me doy cuenta de que ya casi se derrite, al llegar a la nieve la llama se apaga y Koushiro desaparece. Un sueño bastante extraño, pienso al despertar y me sorprende que ya sea de noche.

Después de bajar a cenar y de que, como lo pensaba, mi papá me diera permiso de ir, pero si le pasa algo tú tienes la culpa, le había dicho mi mamá, subo a mi cuarto y leo un poco más antes de acostarme a dormir. Pienso en el sueño y en cómo es cierto que la astronomía me había empezado a interesar sin siquiera darme cuenta, a pesar de que entré al club simplemente porque no tenía otro club al cuál ingresar.

Así que en verdad quiero ganar la beca, además estoy emocionada por el viaje, porque nunca antes he dormido fuera de casa. Abrazo a Toracchi, mi tigre blanco de peluche, y el sueño comienza a dominarme. Seguro que sólo son amigos, recuerdo, ya medio dormida, y una sonrisa asoma a mi rostro antes de perder el conocimiento.

1 comentario:

  1. No parece que se le halla armado un pleito con su mamá, parece que más que enojada está en extremo sorprendida. Feeling, this needs more of that. Good job, thou.

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